AVISO

Hola, cómo va. Seguramente habrán notado que hace varios días (más de diez) no actualizo el blog, algo raro si tenemos en cuenta que venía subiendo textos bastante seguido. La cuestión que es que hace algún tiempo que venimos tramando con el amigo Villarino y algunas personas más la idea de empezar un sitio de crítica de cine, que esté dedicado sobre todo a los estrenos pero que también tenga lugar para otras cosas, como discos, libros, cómic, etc. Después de varios días de pruebas y correcciones, y aunque todavía falta pulir varias cosas, ya puedo decir que el sitio está listo para ser visitado. Acá les dejo el link:

www.cinemarama.wordpress.com

Por ahora tengo pensado dedicarme de lleno a este nuevo proyecto, aunque voy a tratar de actualizar de forma esporádica Cine Mifune.

Los esperamos en el nuevo Cinemarama.

Saludos a todos.

miércoles, 2 de julio de 2008

Café de los maestros (Argentina, Brasil, Estados Unidos - 2008)

Dirección: Miguel Kohan
Guión: Tom Astle, Matt Ember
Intérpretes: Mariano Mores, Leopoldo Federico, Ernesto Baffa, Atilio Stampone, Emilio Balcarce, José Libertella, Virginia Luque, Alberto Podestá, Lágrima Ríos, Horacio Salgán.
Duración: 91 minutos



(Tuve que poner el afiche que hay en cinesargentinos.com porque no encontré otro)



Lugares comunes.
El tango es un tema. En los medios, en el imaginario nacional, en el cine. Parece que no se puede hablar mal del tango; sería como hablar mal de San Martin o la bandera. A lo sumo, algún porfiado puede animarse de tanto en tanto a pegarle a Piazzola, pero en ese caso no estamos ante un crítico del tango, sino más bien ante un seguidor del tango de antaño que solamente gusta de los clásicos, de lo viejo (“Piazzola no es tango”, un leitmotiv ya muy frecuentado). Tampoco puede desligarse el tango de una serie de clichés que son verdaderos lugares comunes: Buenos Aires, la calle Corrientes, la Boca, los cafés. O de un conjunto de ideas que son motivos recurrentes dentro del tango; no solamente en las letras, sino en el contexto que rodea al género. El barrio, el cabaret, las mujeres (siempre madres o prostitutas), el duelo, el juego, la nostalgia. El tango es un tema (o varios, en todo caso).


Café de los maestros cae una y otra vez en estos clichés y siempre de forma acrítica, sin reflexionar sobre nada. Algunos momentos están más logrados que otros; por ejemplo, cuando tangueros como Ernesto Baffa hablan de prostitutas y de cabarets y de cómo el tango pertenece a ese ambiente, es algo que funciona muy bien dentro de la película. Ahora, los planos de Buenos Aires repartidos por toda la película, insertados en cualquier momento y de cualquier forma, no hacen más que recordar la peor cara del tango; los lugares comunes, el costado for export de la música. La adhesión de la película a todos los clichés posibles es el peor lastre de Café de los maestros.


Por una cabeza. Además, la película tiene algunos problemas que terminan arruinando un poco el resultado final. Uno (menor) es Santaolalla, que se lo ve forzadísimo e impostado tratando de compartir los códigos de los tangueros. Otro (muy grave) es la elección de dedicarle muy poco tiempo al concierto homónimo que se dio en el Colón algunos años atrás, en favor de los testimonios individuales y la grabación del disco doble. El concierto llega sobre el final, muy ajustado, y con tan poco tiempo que, después de escuchar una o dos canciones enteras (momentos de una majestuosidad musical increíble, potenciado todo por la gran calidad de sonido de la película) empiezan los cortes abruptos, cada artista está en escena apenas unos segundos, y la película termina enseguida. ¿En qué cabeza cabe que alguien prefiera dedicarle tanto tiempo a los planos bonitos y siempre con un dejo nostálgico de Buenos Aires, que no aportan nada y sin duda empobrecen bastante a la película, que dejar más tiempo a los músicos tocando en vivo, con todo el deleite y la fiesta que es ver (y escuchar) a esos tipos con una orquesta gigantesca de esas que ya no hay? El tango es un tema; parece que en cine también.

Ojalá se estrenara una película exclusivamente sobre el concierto en el Colón.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya sabíamos que Santaolalla tenía el don de la ubicuidad. O él cree tenerlo, en todo caso. Hace poco, cuando supe de este proyecto que ahora se hace película pensé: ya está, Gustavo lo hizo de nuevo. De algún modo, todos los defectos que me imaginaba que la película podía tener, son los que mencionás, Diego. Santaolalla no solo cree en el bronce propio sino en el ajeno. De allí se deriva quizá su inclinación por el "rescate" de los núcleos más obvios de nuestra argentinidad al palo. La película Tango,un giro extraño, tampoco era buena pero tenía la audacia de jugarse por una "nueva guardia" del tango... (que a mí me gusta menos que la "guardia vieja", pero ese es otro tema).

El Criticon dijo...

En realidad no me parece mal que se haga una película sobre tangueros y tango "viejo", para nada, lo que me molesta es esa mirada nostálgica complaciente que ya, de tan lugar común, termina irritando. No vi Tango, pero al menos pareciera ser, por lo que decís, una película que seguro le esquiva a esos clichés (que Café... transita sin preocuparse demasiado). Y sí, Santaolalla, sus proyectos y su forma de entender la música, ya empiezan a joder.

Tenía pensado hablar de la crítica en el texto pero no tuve tiempo, así que acá dejo un link al texto de Noriega en Hipercrítico, que sí se mete de lleno con el tema:
http://hipercritico.com/content/view/819/38/

Pocas veces me pasó de coincidir tanto con una crítica como me pasó con la de Noriega.

saludos.

Anónimo dijo...

A mí tampoco me parece mal por el hecho de que sean "viejos". Lo que digo, y que quizá no expresé bien, es que se trate de artistas ya consagrados, por lo que no necesitan de revalorización alguna. Allí se ve claro la falta de riesgo del proyecto, en su vocación museística que la película de García Guevara (Tango, un giro extraño) no tenía.
Saludos.